
Cuando salí del baño la encontré cenando sola con la cabeza muy baja, no le podía ver el rostro, pero sabía que ella estaba casi llorando. No hice nada para aliviar su pena, agarré mi plato y me lo lleve al sofá, para comer mientras miraba la televisión. Sabia que me estaba comportando mal, pero no podía evitarlo, me sentía irritada y no quería tener que estar dándole explicaciones. No quería decirle como me sentía, no quería que ella supiera que yo ya no la amaba, que ya no la necesitaba.
Terminé de comer, lleve el plato vacío a la cocina y ella seguía ahí sentada, con la cabeza baja, ni siquiera había probado su comida. Me sentí terrible, pero otra vez no hice nada y me fui a duchar.
Empecé a desvestirme pensando en la penosa escena, y en lo mal que había actuado. Recién en ese momento me dí cuenta de que ella todavía me importaba, si yo no la quisiera no me sentiría tan mal por lastimarla. Pero el daño ya estaba hecho, y no solo por lo que había ocurrido hoy, hacía semanas que yo llegaba de trabajar malhumorada y sin ganas de nada, sin embargo ella siempre me recibía con un - "hola mi amor".
Mientras me duchaba no paraba de pensar, me estaba portando muy mal, no podía evitarlo, sentí que ya había hecho todo el daño que se le puede hacer a una pareja y por primera vez pensé en que ella ya no iba a soportar más eso e iba a dejarme. Por primera vez me daba cuenta que ella no era incondicional y que seguramente iba a dejarme. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, no quería perderla, yo todavía la quería y tenía que hacérselo saber antes de que fuera tarde. Me apresuré en terminar de enjuagarme el cabello para salir rápido de la ducha e ir a hablar con ella. cuando la puerta del baño se abrió lentamente. Era ella, -disculpá- me dijo- solo vine por una toalla. Corrí un poco la cortina de la ducha solo para mirarla, tenia los ojos rojos y un poco hinchados, se notaba que había llorado y mucho. Agarró la toalla y se fue, al salir yo de la ducha, me fui a la habitación, y le dije quiero hablar con vos, pero ella inmediatamente se metió en el baño, y me grito desde dentro del baño – Me voy a bañar, después hablamos, ya vuelvo amor...
Pasaron como dos horas de su baño y no salía, entonces decidí entrar para verificar si estaba bien, cuando entro, vi la imagen más escalofriante que vi en mi vida. Estaba ella tirada dentro de la tina con ambas muñecas cortadas, el agua estaba teñida de sangre, me desespere y la saque inmediatamente del lugar, quise despertarla pero me había dado cuenta que no iba hacerlo, la abrase muy fuertemente y no pude dejar de llorar, me había dado cuenta lo que había echo, yo! Yo la había matado con mi indiferencia, con mis malos tratos, yo había sido la culpable de todo el dolor que sentía, todas las cosas que tuvo que aguantarse de mi, y la culpable de que ella tomara tal decisión. Sentí que no podía vivir sin ella, y trate de suicidarme también, pero no lo hice, y decidí dejarme de castigo este sufrimiento de por vida.Ya pasaron seis meses de lo ocurrido, y acá me encuentro escribiendo esta historia para ustedes, para que sepan que antes de tratar mal a alguien recuerden cuanto aman o quieren a esa persona, ya que en el futuro se pueden arrepentir como yo, que perdí a la mujer de mi vida por mi estúpido comportamiento...
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