jueves, 1 de marzo de 2012

Inevitable ~

1. Después de la tempestad siempre llega la calma. Nunca estamos en el mismo lugar, incluso con nuestras opiniones modificamos la realidad de la que hablamos, nos posicionamos, tomamos partido. Es tal y como decía Heisenberg, es el principio de incertidumbre de nuestra vida. Abrimos nuestra gran bocaza y ese momento irrepetible se convierte en pasado, un pasado tan lejano y marchito como un recuerdo.

2. Sé que volverá algún día y me hará trizas. Sé que ya nada será igual, que habremos dejado pasar algo que podría haber sido único, al menos durante el tiempo que durase. Tampoco sé mucho más, apenas puedo recordar ya el olor de su cuerpo, el timbre de su voz cuando jadeaba, todo se desvanece entre lo que fue y el recuerdo que estoy empezando a crear acorde con mis anhelos.

3. Me fascinan sensaciones estúpidas, olores que me recuerdan a mi infancia y que me atraviesan sólo durante un instante dejándome la certeza de que antes era más feliz.

4. Estoy cansado de ver siempre las mismas calles, en el mismo orden, con la música asociada a ellas. Un día decides que no puedes estar peor, que la vida se te escapa por el sumidero sin atreverte a tomar las decisiones que te llevan a ser feliz. Que tú me digas que jamás te habían tocado así no ayuda, quizás porque yo siento algo parecido, y cuando digo "algo parecido" quiero decir igual, sí igual. Pero un día me levanto de la cama y cuando pienso que la niebla va a seguir cubriéndolo todo, el sol me sorprende, y descubro esto: Nunca sabes lo que te espera. Grabatelo en la mente. Así que decido llamarte y recorrer el tatuaje que baja por tu costado una vez más, aunque me lleve al infierno, aunque arda allí toda la eternidad. Si resulta ser verdad voy a estar muy jodida, y pensando en semejantes tonteras llego hasta la puerta de tu casa y cuando abres la puerta oigo que suena esto a todo volumen : Estoy vivo. Estoy vivo. Estoy vivo.

5. Pensé que era un buen chico, de pelo castaño, mirada dulce, tímido, apenas esbozó una sonrisa después de que nos besáramos. Al sentarse y ver el tatuaje de su hombro supe que podía joderme la vida, el me miro y supo que podía jodermela y que yo estaría encantada.

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